Reino Unido y la UE firman su primer gran acuerdo tras el Brexit
El primer ministro británico y los líderes comunitarios se han reunido y han decidido reforzar su relación en ámbitos como el comercio y la movilidad
Reino Unido y la Unión Europea han celebrado su primera cumbre bilateral desde que el país salió oficialmente del bloque europeo en 2020, un proceso conocido como Brexit. Esta reunión ha tenido lugar en Londres y ha sido muy importante porque marca un nuevo intento de colaboración entre ambas potencias después de varios años de desacuerdos.
En la reunión han participado el primer ministro británico, Keir Starmer, y varios representantes de la UE: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y la jefa de la diplomacia del bloque, Kaja Kallas.
Las dos partes consideran que la cooperación es necesaria para abordar los desafíos políticos y económicos globales, como los aranceles de Donald Trump, impulsar el crecimiento económico y garantizar la paz. Por eso, han acordado trabajar juntos en varios ámbitos, como defensa, pesca, comercio, movilidad y fronteras.
Han firmado un nuevo pacto de defensa y seguridad, que incluye el intercambio de información y la coordinación frente a amenazas comunes. Los barcos europeos podrán seguir pescando en aguas británicas hasta 2038 y la UE reducirá la burocracia sobre las importaciones de alimentos y bebidas procedentes de Reino Unido.
Por otro lado, se han comprometido a trabajar en un plan de movilidad juvenil que permita a los jóvenes europeos y británicos vivir, estudiar o trabajar en el extranjero con más facilidad. Además, a partir de ahora permitirán a los ciudadanos británicos utilizar puertas electrónicas en aeropuertos de la UE, agilizando los controles de pasaportes.

¿Por qué el Reino Unido y la UE han vuelto a cooperar después del Brexit?
¿Qué fue el Brexit?
La palabra Brexit viene de “Britain” (Reino Unido) y “exit” (salida), y hace referencia a la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Los ciudadanos británicos votaron a favor del Brexit en un referéndum que se celebró en 2016, aunque el país no salió oficialmente del bloque europeo hasta enero de 2020.
En aquel momento, los líderes británicos a favor del Brexit defendieron que este proceso permitiría a Reino Unido tener más control sobre sus leyes, gestionar de forma más estricta sus fronteras y la inmigración, y administrar su economía de manera independiente sin depender de la Unión Europea.
El Brexit supuso una ruptura en la relación política y económica entre Reino Unido y la UE, que tuvo consecuencias directas en los ciudadanos y las empresas británicas.
Reino Unido dejó de participar en el mercado único europeo, que permite a las empresas comprar y vender productos entre los miembros de la UE sin controles ni barreras. Con el Brexit, se establecieron nuevos controles aduaneros y trámites que complicaron el comercio, aumentando los tiempos y costes para empresas y consumidores.
Además, los ciudadanos británicos perdieron algunos derechos que tenían dentro de la UE, como la libertad para vivir, estudiar o trabajar en otros países miembros sin necesidad de permisos especiales. Esto también afectó a los ciudadanos europeos que vivían o querían vivir en Reino Unido.
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Como miembro de la Unión Europea, España comparte una serie de leyes, normas y políticas con otros 26 países. Juntos participan en las decisiones que toma la UE y en la creación de nuevas leyes, pero también tienen que cumplir reglas y obligaciones comunes en materias como el comercio o el medioambiente.
A cambio, los países de la UE disfrutan de ciertos beneficios. Por ejemplo, tienen libertad total para comerciar, viajar, trabajar y vivir en cualquier otro país de la UE sin necesidad de un visado. También tienen acceso a diferentes fondos económicos y programas de la UE en educación, investigación e innovación.
El acuerdo bilateral que han firmado Reino Unido y la UE les permite colaborar en temas concretos, como pesca, comercio o movilidad juvenil, pero no debe confundirse con ser un país miembro de la organización. Reino Unido no puede participar en la toma de decisiones del bloque europeo ni puede acceder a todos los beneficios que tienen sus miembros.
Aun así, el encuentro entre Londres y Bruselas puede interpretarse como un nuevo acercamiento después de varios años de tensiones y desacuerdos tras el Brexit.