6 mayo 2024
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6 mayo 2024

Hallados los antecedentes de la pizza en Pompeya

Las excavaciones en la ciudad romana arrasada por el Vesubio ponen al descubierto un fresco que muestra un posible antepasado de este popular alimento 

Hoy en día la pizza se conoce en todo el mundo pero, ¿en qué momento empezó a prepararse esta popular receta italiana? Arqueólogos que excavan en la ciudad romana de Pompeya, que fue arrasada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C, han descubierto un fresco que muestra un plato muy similar a la pizza. El plato forma parte de una naturaleza muerta pintada hace 2000 años, y ha abierto el debate sobre el origen de la pizza.

Sin embargo, desde el propio parque arqueológico de Pompeya aseguran que, pese a su  parecido, el alimento que se ve en el fresco no puede ser una pizza puesto que le faltan algunos de los ingredientes más característicos, como los tomates y la mozzarella. Los tomaques no llegaron a Europa hasta principios del siglo XVI, trás el descubrimiento de América. 

El fresco se ha encontrado en el atrio de la casa en la Insula 10, Regio IX, que está siendo excavada en la actualidad. Esta casa estaba conectada a una panadería, que fue parcialmente excavada entre 1888 y 1891; los trabajos se reiniciaron en enero pasado.

En el fresco se ve la presunta pizza con unos frutos secos y una guirnalda de flores junto a los dátiles y la granada y una copa de vino. Pero a pesar de su parecido, los arqueólogos explican que lo que se muestra es en realidad una especie de focaccia plana que sirve de soporte para diversas frutas, como granadas y dátiles. Se deduce que está condimentado con especias y un tipo de pesto, tal y como indican los puntos amarillos y ocres.

En un pasaje de la Eneida de Virgilio se hace referencia a un tipo de alimento de la época que consistía en colocar frutas y otros productos sobre panes planos que servían como bandeja. Estos panes, llamados picea,  tenían un carácter ritual.

El fresco hallado en Pompeya forma parte de un género habitual en la época romana, conocido con el nombre de Xenia. Se trata de pinturas inspiradas en los «regalos de hospitalidad» que se ofrecían a los invitados siguiendo una tradición procedente del período helenístico (siglos III-I a.C.).

En la zona de Pompeya se han encontrado cerca de 300 de estas representaciones. Sin embargo, hasta ahora no se había encontrado un fresco con tanto detalle ni calidad en su ejecución.

Orígenes de la pizza actual

La pizza es un plato de origen italiano que se ha convertido en uno de los alimentos más populares a  nivel mundial.  En 2017 fue reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. 

Como demuestra el hallazgo de Pompeya, sus antepasados se remontan a la antigua Roma, aunque en su forma actual se desarrolló en la ciudad de Nápoles, durante el siglo XVII. En aquella época, la pizza era un alimento popular entre la clase baja, ya que era una opción económica y rápida de preparar.

La pizza napolitana original estaba compuesta por una base de masa de pan, salsa de tomate, ajo, aceite de oliva y, en ocasiones, queso. A medida que la pizza se volvió más popular, se le añadieron otros ingredientes como el queso mozzarella y la albahaca fresca, dando lugar a la clásica pizza margarita.

A finales del siglo XIX y principios del XX, la pizza comenzó a ganar popularidad fuera de Italia, principalmente debido a la inmigración italiana a otros países, como Estados Unidos. En Nueva York y otras ciudades estadounidenses, se establecieron pizzerías que adaptaron la receta napolitana y la fusionaron con ingredientes locales, dando lugar a la pizza estilo neoyorquino.

Con el tiempo, la pizza se ha convertido en un plato versátil que ha evolucionado en diferentes estilos en todo el mundo, con una amplia variedad de coberturas y sabores. Algunas recetas, como la de la pizza hawaiana, con pìña, generan polémica entre sus partidarios y detractores.

¿Qué comían los romanos?

 La dieta de los romanos estaba compuesta por una amplia variedad de alimentos que reflejaban la diversidad de su vasto imperio. Uno de los alimentos más básicos y omnipresentes era el pan, elaborado en diferentes tipos a partir de trigo refinado o integral.

Los cereales como la cebada, avena y mijo eran comunes en la alimentación romana, y solían ser preparados en forma de gachas o sopas. En cuanto a las carnes, los romanos disfrutaban de una gran variedad, incluyendo cerdo, cordero, ave, pescado y, ocasionalmente, carne de res, cocinadas de diversas formas como asadas, hervidas, guisadas o fritas.

Dada la ubicación geográfica de Roma cerca del mar, el pescado y los mariscos constituían una parte importante de su dieta, y además, eran conservados a través del salado y secado para su posterior consumo. Los huevos formaban parte de la dieta básica y eran consumidos de diversas maneras, ya sea cocidos, fritos o como parte de platos más elaborados.

Las frutas y verduras, como manzanas, uvas, peras, higos, dátiles, lechugas o zanahorias, eran una base importante de la dieta. Estos productos frescos complementaban las comidas y les proporcionaban nutrientes esenciales.

El queso también era un alimento popular en la antigua Roma, existiendo diferentes tipos  según la región y el método de elaboración utilizado. En las mesas romanas, el vino era una bebida común, así como la cerveza y otros licores.

La miel se utilizaba como edulcorante en lugar del azúcar y también se empleaba en la preparación de bebidas y postres.

Para cocinar y aderezar sus alimentos, los romanos empleaban el aceite de oliva, producto que exportaron por el Mediterraneo y que contribuyó a la expansión del imperio.

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