¿Qué es una opa?
Te explicamos en qué consiste una oferta pública de adquisición, qué tipos existen y las implicaciones que tiene en el mercado
Un poco de contexto
Antes de explicar qué es una opa, primero tenemos que tener claro qué es una empresa y cómo funciona. Una empresa es una organización que produce bienes y/o servicios para obtener beneficios. Para crecer, muchas empresas necesitan dinero, y una forma de conseguirlo es vender acciones.
Las acciones son pequeñas partes de la empresa que las personas pueden comprar. Así, los accionistas (nombre que reciben las personas que compran esas acciones) se convierten en dueños de una parte de la empresa.
¿Qué es?
Una opa (oferta pública de adquisición) es una operación a través de la cual un grupo de personas o una empresa ofrecen a los accionistas de otra compañía la compra de sus acciones. La oferta se hace de forma pública, ofreciendo un precio que normalmente es alto para incentivar que los accionistas acepten.
En caso de aceptar, los accionistas perderían la propiedad de sus acciones, y la compañía que lanzó la opa se haría con el control de la otra empresa.
Pongamos un ejemplo real. En 2024, el banco BBVA (con sede en el País Vasco) quería crecer y hacerse más fuerte en el mercado bancario español. Para lograrlo, decidió intentar comprar otro banco, el Banco Sabadell, que tiene su sede en Cataluña. Entonces lanzó una opa a los accionistas del Sabadell con la idea de fusionar los dos bancos.
¿Qué tipos hay?
Las opas pueden ser voluntarias, si la oferta parte de la voluntad de la empresa, u obligatorias, cuando la ley obliga a lanzar la oferta. Esto ocurre, por ejemplo, cuando una empresa ya ha comprado una gran cantidad de acciones de otra empresa. En estos casos, la ley exige a las empresas lanzar una opa para que el resto de accionistas tengan la misma oportunidad de vender sus acciones.
Las opas también pueden ser amistosas, cuando hay acuerdo previo entre las partes, u hostiles. Las opas hostiles ocurren cuando la empresa objetivo no quiere ser comprada pero la empresa compradora lanza la oferta igualmente.
¿Qué consecuencias tiene?
En caso de salir adelante, una opa tiene diferentes consecuencias dependiendo de los actores involucrados.
Los accionistas. Si aceptan la opa y venden sus acciones, dejan de ser dueños de la empresa. A cambio, reciben una cantidad de dinero que suele ser alta.
La empresa que lanza la opa. Sería la gran beneficiada de la operación, pues conseguiría hacerse con el control de la otra compañía, lo que le podría permitir crecer económicamente y controlar más parte del mercado. Por ejemplo, si BBVA finalmente compra Sabadell, podría convertirse en uno de los bancos más grandes de España, con más clientes y recursos.
La empresa objetivo. Si la opa tiene éxito, la empresa que va a ser comprada perdería autonomía y pasaría a estar bajo el control de otra empresa. Esto podría implicar cambios dentro de la empresa, como despidos o reestructuración de los equipos. Por eso las opas también generan un ambiente de incertidumbre entre los trabajadores.
El mercado. Una de las consecuencias más importantes tiene que ver con la pérdida de competencia en el mercado. En economía, la competencia se refiere a la rivalidad que hay entre empresas que ofrecen productos o servicios similares. Cuando una empresa compra a otra de su mismo sector, la cantidad de competidores se reduce.
Esta situación tiene consecuencias negativas en los consumidores. Primero, porque al haber una empresa menos tienen menos opciones donde elegir. Segundo, porque los precios suben. Las empresas pueden subirlos porque saben que no existen tantas compañías parecidas a la suya.
¿Quién la aprueba?
Los países tienen organismos reguladores que analizan si una opa podría ser negativa para el mercado. Por ejemplo, si creen que esta oferta podría perjudicar la competencia de un sector económico concreto pueden poner una serie de condiciones a la opa e incluso bloquearla.
En España, el organismo encargado de hacer esta gestión es la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).