29 marzo 2024
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29 marzo 2024

COP27: una cumbre del clima decepcionante

El acuerdo final de la COP27 llega con retraso y solo consigue el compromiso de un fondo de compensación, aunque no establece cuánto ni cómo

La Cumbre del Clima de Egipto, también conocida como COP27, ha terminado con un resultado decepcionante para la lucha contra el cambio climático: los países ricos se comprometen a crear un fondo económico para compensar a los países con menos recursos, pero no se ha establecido ningún límite en las emisiones contaminantes.

La creación de un fondo de compensación era uno de los principales objetivos de la COP27. Los países del Sur Global (la región más afectada por el cambio climático) han presionado para crear un fondo de ayuda económica a los países en desarrollo, que tienen menos recursos y son los que sufren las peores consecuencias de la crisis climática: inundaciones, ciclones, desastres naturales… 

Este fondo forma parte del concepto de justicia climática: que los países más ricos, que han contaminado durante décadas para desarrollar su economía y son los principales causantes del cambio climático, compensen a los países más pobres. En este sentido, también era muy significativo que la Cumbre del Clima de este año se celebrara en Egipto, uno de los países del Sur Global.

Aun así, el acuerdo de compensación se ha redactado a medias: todavía no se ha establecido qué cantidad deberá aportar cada país ni cómo se transferirán esos fondos. Además, países como China (que es el país más contaminante del mundo y la segunda economía mundial) se ha negado a ser considerado un país desarrollado, así que no estará obligado a aportar fondos.

Por otro lado, los países participantes han fracasado en el objetivo clave de la COP: establecer límites en las emisiones de cada país, además de imponer el abandono de los combustibles fósiles (aunque fuera a largo plazo). Este es el primer paso y el más importante para poder combatir el cambio climático.

La declaración de la COP27 llegó con dos días de retraso. La cumbre debía terminar el viernes 18 de noviembre, pero para entonces los 194 países participantes todavía no habían logrado ponerse de acuerdo. Así pues, empezó una prórroga para redactar un acuerdo con el máximo consenso.

Combustibles fósiles: una cuestión económica

Las emisiones contaminantes provocadas por la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural) son la principal causa del cambio climático: la acumulación de estos gases en la atmósfera de la Tierra ha provocado un aumento excesivo de las temperaturas que, a su vez, han transformado los patrones del clima.

Las consecuencias son cada vez más evidentes: olas de calor extremo en verano, temperaturas cálidas a las puertas del invierno, incendios más violentos y frecuentes, fenómenos climatológicos extremos que afectan sobre todo a los países más pobres, empeoramiento de la salud a nivel global…

Entonces, ¿por qué seguimos utilizando estas fuentes de energía? Porque los combustibles fósiles son la base de la economía de la mayoría de países del mundo. Es decir, que la producción de las fábricas y sus ingresos dependen del uso de estos combustibles, aunque a la larga acaben siendo mucho más perjudiciales que beneficiosos. 

Hacer la transición energética podría ser una solución para reducir la emisiones, pero no está al alcance de todos los países. Utilizar fuentes de energía renovables (eólica, solar, hidráulica) requiere de una gran inversión económica para transformar toda la red eléctrica y el sistema de producción, y no todos los gobiernos y empresas pueden (o quieren) hacer este esfuerzo.

El acuerdo de la COP27 también se ha visto afectado por la guerra en Ucrania, que ha provocado una inflación global y ha generado una grave crisis energética en regiones como Europa. En este contexto, los gobiernos y empresas están más preocupados por reducir las pérdidas económicas que por salvar el planeta. 

El futuro, en manos de los jóvenes

Desde hace años, los jóvenes se han convertido en los más sensibilizados sobre la crisis climática y sus efectos sobre el planeta. La aparición de grupos como Fridays for Future o Extinction Rebellion demuestran que las generaciones más jóvenes están mucho más concienciadas que el resto de la sociedad.

Estos movimientos liderados por jóvenes han organizado manifestaciones multitudinarias y actos de protesta por todo el mundo, y han encontrado nuevas formas de llamar la atención sobre la emergencia climática. El objetivo es sencillo: presionar a los gobiernos para que adopten medidas urgentes contra el calentamiento global.

Por otro lado, los jóvenes son las principales víctimas del cambio climático porque ellos heredarán el planeta que ahora estamos modelando. Por eso deberían tener derecho a que los gobiernos les escuchen y formar parte del proceso de toma de decisiones relacionadas con la acción climática: en qué aspectos es más urgente actuar, cómo alcanzar el objetivo de los 1,5 grados del Acuerdo de París, cómo imaginan su país en el futuro…

En la Cumbre del Clima de Egipto, jóvenes de diferentes países y continentes han sido invitados a participar en las conferencias e incluso a exponer su punto de vista sobre las políticas climáticas globales. Pero su voz no ha sido tenida en cuenta a la hora de redactar los acuerdos.

En su último Informe sobre la Brecha de Emisiones, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advertía de que, al ritmo de emisiones actual, la temperatura de la Tierra podría aumentar 2,8 grados a final de siglo. El momento de actuar es YA.

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