3 octubre 2024
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3 octubre 2024

Delitos de odio contra el colectivo LGTBIQ+

Miles de personas en diferentes países son víctimas de discriminación y acoso debido a su orientación sexual o identidad de género

Los delitos de odio son actos delictivos motivados por los prejuicios y la intolerancia hacia diferentes grupos de personas, ya sea por motivos de raza, origen, religión, orientación sexual o identidad de género, entre otros factores.

Los prejuicios hacia estos colectivos se traducen a menudo en actos de discriminación, acoso y violencia. En ese sentido, los delitos de odio suponen una grave amenaza tanto para las víctimas como para la sociedad en general, además de representar una vulneración de los derechos humanos

Los ataques contra el colectivo LGTBIQ+ son uno de los delitos de odio más extendidos. La orientación sexual o la identidad de género fueron la tercera causa de delito de odio en España en 2021: en total, se cometieron 314 delitos de LGTBIfobia, según estadísticas del Ministerio del Interior. 

Estas personas son víctimas de insultos, amenazas, lesiones, acoso e intimidación, entre otras agresiones. El problema es que muchas de las víctimas no presentan denuncia: según una encuesta oficial, el 89% de las personas que habían sufrido delitos de odio optó por no presentar una denuncia.

Entre los posibles motivos para no denunciar se encuentra el miedo a hacerse visibles como personas LGTBIQ+ en su entorno, la revictimización o temor a ser responsabilizado de los hechos que se denuncian y la falta de percepción de la agresión como un delito.

La lucha por los derechos LGTBIQ+

Históricamente, el colectivo LGTBIQ+ ha vivido rodeado de prejuicios y discriminación por parte de la sociedad e incluso de las autoridades oficiales. La idea de que la homosexualidad, la bisexualidad o la transexualidad no eran algo “normal” llegó a ser defendida por instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

No fue hasta 1990 cuando la OMS retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales: hasta entonces, tener relaciones con personas del mismo sexo era considerado una conducta propia de un trastorno psiquiátrico. Este avance fue uno de los grandes logros de la lucha LGTBIQ+.

Otro de los momentos clave en la lucha por los derechos del colectivo fueron los Disturbios de Stonewall de 1969. El bar Stonewall Inn de Nueva York (Estados Unidos) era un lugar de encuentro clandestino para homosexuales y personas ‘trans’, que en aquel entonces eran perseguidas y criminalizadas. La policía solía hacer redadas en el local para detener a los clientes.

El 28 de junio de 1969, los clientes se rebelaron contra la policía y se negaron a ser tratados como delincuentes. Comenzó una revuelta que terminó con varias personas detenidas y heridas. Durante las semanas siguientes se convocaron varias manifestaciones para protestar por lo ocurrido. 

A raíz de los disturbios, se crearon dos organizaciones históricas del activismo LGTBIQ+: el Frente de Liberación Gay (GLF, por sus siglas en inglés) y la Alianza de Activistas Gays (GAA). Estas entidades promovieron las primeras acciones para dar visibilidad al colectivo y reclamar igualdad y respeto.

Cuando ser homosexual es delito

A pesar de los avances de las últimas décadas, muchas personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales todavía son perseguidas en diferentes países por el simple hecho de serlo. 

En el mundo hay 69 países que criminalizan la diversidad sexual, es decir, que consideran un delito los actos sexuales entre personas adultas del mismo sexo. Son datos del último informe Homofobia de Estado, elaborado por la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA). La mayoría de estos países se encuentran en Asia y África

En seis de estos países (Arabia Saudí, Brunei, Irán, Mauritania, Nigeria y Yemen), las leyes contemplan la pena de muerte como castigo para la homosexualidad. En otros cinco (Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Qatar y Somalia), aunque las leyes del país no lo indiquen explícitamente, las personas del mismo sexo que mantienen relaciones también pueden ser condenadas a muerte.

Estas condenas se suman a los delitos de odio y ponen en peligro la vida de las personas del LGTBIQ+. Las personas ‘trans’ son las más vulnerables: un total de 3.664 personas transexuales y transgénero murieron asesinadas en 75 países del mundo entre 2008 y 2020, según datos del Observatorio de Personas Trans Asesinadas. 

La orientación sexual y la identidad de género están directamente relacionadas con nuestra forma de ser y de vivir. Respetar y proteger estos aspectos es fundamental si queremos garantizar el derecho a la integridad física y mental de las personas, que es un derecho universal.

Trabaja este tema A FONDO en el aula

Este artículo forma parte de una secuencia didáctica con actividades y tutorización periodística.

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