«La labor del papa es como la de un equilibrista: su mensaje debe ser lo más conciliador posible»
Entrevistamos al teólogo Francesc Torralba para entender qué puede pasar en el nuevo cónclave y conocer el legado del papa Francisco
Francesc Torralba es teólogo, filósofo y director de la Cátedra Ethos de Ética de la Universidad Ramon Llull, donde también es profesor. El papa Francisco, a quien él conoció personalmente, le nombró miembro del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Iglesia católica, organización similar a la de un ministerio en un estado. Torralba es uno de los tres laicos que forman parte de este dicasterio, junto con Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación, y Rafael Vicuña, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
¿Por qué la muerte del papa Francisco ha sido una noticia tan relevante?
Porque el papa es el jefe del Vaticano, un estado minúsculo, pero que tiene mucho peso desde el punto de vista geopolítico. Es una figura muy escuchada y su influencia es planetaria. Y, además, el papa Francisco ha hablado muy claro y ha dicho cosas que tienen que ver con el futuro de la humanidad.
¿En qué ámbitos?
En el medio ambiente, por ejemplo. Una de sus encíclicas -cartas que envía al Papa a la humanidad- está dedicada al cambio climático y a cómo debemos actuar ante la catástrofe. Otra carta tiene que ver en cómo debemos acoger, tratar y cuidar a las personas inmigrantes que vienen del sur en condiciones de gran vulnerabilidad. El papa Francisco se presentó como defensor de los derechos de las personas migrantes y criticó fuertemente las políticas antiinmigración.
Y un tercer tema es que este papa estuvo muy interesado por el gobierno de la inteligencia artificial. La IA está cambiando nuestras vidas y hay que pensar en qué uso debemos hacer para que sea ético en beneficio de las personas y de los más frágiles.
¿De qué forma se concretan estos mensajes?
Estos mensajes se mueven en el plano de las ideas. El papa inspira determinadas prácticas o políticas. ¿En la vida real cómo se concretan? Si hablamos de medio ambiente pues en las formas en que producimos, consumimos o nos trasladamos. El papa defendió una vida austera, humilde, modesta, donde no se caiga en el hiperconsumismo. Pero son textos que inspiran a prácticas y políticas. No puede obligar a su cumplimiento.
Ahora es necesario escoger un nuevo papa. ¿Qué es un cónclave?
Un cónclave es una asamblea de personas que han sido nombradas por este papa o por papas anteriores que llamamos cardenales y que son príncipes de la iglesia. Ellos tienen la misión de elegir quién debe ser el futuro papa y esto es una tarea muy compleja.
Los identificamos porque visten de color granate…
Sí, es el color de la sangre, la disposición a darlo todo, incluso la vida por Cristo como han hecho los mártires a lo largo de la historia del cristianismo, cuando han sido perseguidos por defender sus ideas frente a los poderes de este mundo.
¿Por qué es tan difícil la tarea de elegir a un nuevo papa?
Porque estamos hablando de una iglesia universal, para todos. El papa debe ser alguien que sea muy fiel al evangelio, que esté muy atento al mundo y a las tendencias emergentes, y que pueda expresarse con un lenguaje que se entienda y que, por otra parte, se vaya aclimatando a este mundo. Que no sea una institución del pasado, anacrónica o que pase de moda.
¿Cree que el nuevo papa seguirá el legado del papa Francisco?
Creo que habrá continuidad en el espíritu de reforma porque este papa ha creado muchos cardenales en Asia, en América, en África, muchos fuera de Europa. Habrá continuidad porque son mayoría.
¿Quien salga escogido podría echarse atrás en algunas de las decisiones ya tomadas?
En aspectos como el medioambiente, en el tema social, en el reconocimiento del talento de la mujer, su valor y lo que aporta a la iglesia, lo veo muy difícil echarse atrás.
¿Por qué ha sido singular su mirada hacia las mujeres?
Por primera vez en la historia de la iglesia -estamos hablando de más de 2.000 años- este papa ha puesto a mujeres en lugares estratégicos y de mucha responsabilidad. Esto genera inquietudes, ¡claro! Porque muchos quisieran tener ese sitio.
Pero en este cónclave no veremos a ninguna mujer…
¡No! No ha habido tiempo de nombrar a una mujer cardenal. Si este papa hubiera llegado al cargo a los 58 años como Juan Pablo II y se hubiera muerto a los 88, habríamos tenido 30 años de pontificado y tuvimos solo 12. En estos doce años ha hecho mucho más que en toda la historia de la iglesia en cuanto a la figura de la mujer.
¿Podría haber nombrado a una mujer cardenal?
¡Podría haberlo hecho! Sin embargo, o bien no tuvo tiempo o se encontró con muchas resistencias o ya había hecho mucho, a pesar de las dificultades que tuvo. Creo que a este papa le han faltado otros 5 años de pontificado.
Que la iglesia sea tan poco paritaria entre hombres y mujeres en cargos de responsabilidad, ¿cree que le hace perder fieles?
En algunos ámbitos, como puede ser en Europa, sí. Porque desde nuestra sensibilidad es muy escandaloso. Ahora bien, en otras latitudes en las que sigue existiendo un machismo muy presente, no genera las mismas reacciones. Y la iglesia es universal. Por eso la resistencia frente a este tipo de movimientos del papa no ha venido de Europa, sino de otros lugares. En Asia, en África, y en muchos países de América Latina, existe un machismo muy integrado y practicado por mujeres.
¿Qué significa que la iglesia debe ser universal?
Que debe llegar por todas partes. El papa debe tener una función de unificar. Y, en efecto, existe el peligro de la rotura, del seísmo. Una ruptura sucede cuando el papa toma una iniciativa, pero hay un conjunto de cardenales que no están de acuerdo y hacen una iglesia aparte. Esto ocurrió con el Concilio Vaticano I y el Concilio Vaticano II. Hay papados que han generado un seísmo por haber avanzado demasiado o haber leído el evangelio de una determinada manera que los demás han visto como una deslealtad a la tradición.
¿Eso podría ocurrir con el futuro papa?
Depende de quién venga, si es continuador o quiere profundizar en la reforma podría ser que hubiera una ruptura de los más conservadores. Pero esto no le interesa a la Iglesia católica, como tampoco perder a las nuevas generaciones. La labor del papa es como la de un equilibrista: su mensaje debe ser lo más conciliador posible, el más fiel al evangelio, pero también innovador y reformista, y eso es muy complejo porque cuando estiras un poco el hilo se te enfada alguien.
El papa Francisco ha quedado en tierra de nadie, los progresistas dicen haber ido poco lejos y los conservadores que ha ido demasiado lejos.
Estos días hemos oído hablar mucho de la fe. ¿Qué significa tener fe?
Tener fe es confiar en que lo que dice el evangelio es verdad y esto no podemos demostrarlo. La fe es una apuesta, es asumir riesgos, por eso está más cerca de la duda que de la evidencia. Lo que es evidente no es necesario creerlo (como un triángulo tiene tres lados) pero los contenidos de la fe no son evidentes.
¿Vivimos tiempos de crisis de fe que nos están llevando a los extremismos?
Sí, queremos seguridad y confort y la duda es muy inquietante. Los populistas te ofrecen soluciones mágicas a problemas muy complejos y esto genera mucha adhesión. Ante el contexto de desconcierto y duda, mucha gente busca refugio en seguridades aparentes, lo que explicaría cierta revitalización de grupos cerrados e incluso de grupos sectarios.
¿Qué contribución han tenido las redes sociales a este fenómeno?
Mucha, porque en las redes sociales está lo mejor y lo peor de la condición humana. En el Dicasterio en el que participo, hubo el debate de si el papa debía tener X (el antiguo Twitter) y el dicasterio se dividió. Una parte defendía que no, que se frivolizaría su figura y que le criticarían mucho. Yo defendí que los mensajes del papa también deben estar en el mundo digital para hacerlos llegar a personas a las que podrían interesarles.
Esta entrevista forma parte del especial informativo dedicado al papa Francisco. Consulta los artículos que lo conforman y la situación de aprendizaje para trabajar el tema en el aula.
El ABC de la entrevista
Prefecto: persona encargada de dirigir un dicasterio o departamento del gobierno en el Vaticano.
Laico: persona que forma parte de la Iglesia, pero que no es sacerdote ni religioso/a.
Evangelio: relato de la vida y el mensaje de Jesús que encontramos escrito en los cuatro libros de la Biblia.
Concilio Vaticano I / Concilio Vaticano II: reuniones importantes de líderes de la Iglesia para actualizar y definir aspectos de la fe y su relación con el mundo (el primero en el siglo XIX, el segundo en el siglo XX).