3 mayo 2024
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3 mayo 2024

Los incendios forestales sacuden el Mediterráneo

Las altas temperaturas y el viento complican la extinción del fuego en Grecia, Italia y Argelia, donde miles de personas han sido evacuadas

El sur de Europa y norte de África están sufriendo una intensa ola de incendios forestales. Por el momento, el fuego ha provocado la evacuación de miles de personas en países como Grecia, Italia y Argelia. Los bomberos tratan de extinguir las llamas pese a las condiciones climatológicas adversas, como las altas temperaturas y los fuertes vientos. 

En Italia, el fuego se ha extendido en toda la isla de Sicilia, donde el aeropuerto permanece cerrado por el avance de las llamas, y se aproxima a localidades turísticas como Catania y Taormina. Mientras las autoridades piden a los vecinos y vecinas que eviten salir al exterior por riesgo de intoxicación debido a la mala calidad del aire

En Grecia, las llamas también se han propagado con mucha rapidez por las altas temperaturas. En la isla de Rodas, un incendio se encuentra fuera de control desde hace más de siete días y unas 19.000 personas fueron evacuadas el fin de semana. No es la única isla griega afectada: cientos de bomberos luchan por controlar el fuego en Corfú y Eubea

Los incendios han afectado a la población local pero también a miles de turistas que estaban de vacaciones visitando estos países, dos de los más turísticos del sur de Europa. En Grecia, muchos de ellos han huido a pie y han sido trasladados por barcos a otros lugares seguros como hoteles y polideportivos. 

Mientras tanto, en Argelia viven una ola de calor con temperaturas de 50ºC, lo que ha favorecido la propagación del fuego que por el momento ha dejado 34 víctimas mortales. Los incendios se registran en 16 ciudades del noroeste del país, donde además han sido evacuadas unas 1.500 personas.

El cambio climático como agravante

Las temperaturas extremas alcanzadas durante las olas de calor, sumadas a las pocas precipitaciones en esta época del año y la sequedad del suelo contribuyen a que estos incendios se propaguen más fácilmente. Junto a los fuertes vientos, estas condiciones climatológicas hacen que la extinción del fuego sea una tarea más complicada. 

Este año, el calor extremo que empezó en junio continúa este mes de julio, cuando el sur de Europa está alcanzando temperaturas récord. En lugares como la península de Peloponeso, en Grecia, el domingo pasado se alcanzaron los 46,4º grados

A esto se suma la temperatura del Mediterráneo, que está sufriendo su propia ola de calor. El agua del mar está entre los 28ºC y los 30ºC, lo que supone entre 3 y 4 grados por encima de lo normal para esta época del año. Son los últimos datos del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM). 

La temperatura del mar es fundamental para que las ciudades y pueblos de la costa tengan unas temperaturas más frescas. Cuando el mar está tan caliente, las noches suelen ser más calurosas y es habitual que haya noches tropicales (aquellas donde las temperaturas mínimas superan los 25ºC). 

Estos fenómenos naturales extremos son indicadores alarmantes del cambio climático. El aumento de las emisiones de gases contaminantes está provocando un aumento de las temperaturas globales. A su vez, este fenómeno desencadena otras consecuencias, como las olas de calor más frecuentes y prolongadas, la disminución de las precipitaciones, y el calentamiento del océano.

Consecuencias de los incendios

Los incendios forestales que están sufriendo los países del Mediterráneo no son los únicos que han ocurrido en lo que llevamos de verano. A principios de junio, más de 400 incendios estuvieron activos en Canadá, lo que provocó miles de evacuaciones y afectó a las infraestructuras de varias ciudades canadienses. 

En julio, un gran incendio forestal afectó a la isla de La Palma, en Canarias. Después de una semana de actividad y quemar una superficie de unas 2.900 hectáreas, el incendio fue dado por controlado por el Gobierno de Canarias hace unos días. Miles de personas fueron evacuadas y unas 60 edificaciones, entre ellas 22 viviendas, fueron dañadas por el fuego

Estos incendios suponen graves consecuencias para el medio ambiente, especialmente al arrasar con ecosistemas como los bosques. Las llamas y el calor intenso también pueden dañar gravemente el suelo, lo que puede tener consecuencias a largo plazo para la salud de los hábitats naturales. 

Los incendios también tienen un impacto directo en la vida de las personas. En términos de salud, la inhalación de humo puede provocar problemas respiratorios y cardiovasculares. Desde el punto de vista económico, la destrucción de los bosques y las infraestructuras por culpa del fuego supone altos costes.

Los incendios forestales no son un problema aislado, sino que son un síntoma de un problema más amplio y complejo: el cambio climático. Por todo esto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) insiste en que la única forma de disminuir estos fenómenos climáticos extremos es abordar el cambio climático de manera integral.

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